lunes, 17 de diciembre de 2012

FELIZ NAVIDAD

¡FELIZ NAVIDAD! FIESTA DE LA LUZ Y DE LA PAZ



Cartas Pastorales


Queridos fieles diocesanos:

“Despierta hombre: por ti, Dios se ha hecho hombre” (San Agustín, Sermón 185).

Es el mensaje de cada año en la Navidad.

Desde el humilde portal de Belén, el Hijo eterno de Dios, que se ha hecho Niño pequeño, se dirige a cada uno de nosotros y nos invita a renacer con Él, a encontrarnos con Él y hacer el camino de la vida juntos.

Mientras cierta cultura moderna tiende a suprimir los símbolos cristianos de la celebración de la Navidad debemos, los discípulos de Cristo, estar muy atentos para captar el valor de las tradiciones navideñas. Forman parte del patrimonio de nuestra fe y de nuestra cultura y no podemos dejar de transmitirlas a las nuevas generaciones.

También a los hombres y mujeres del tercer milenio siguen llegándonos las palabras del ángel a los pastores de Belén en la noche del Nacimiento:

“Os anuncio una gran alegría… hoy, en la ciudad de Belén, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor” (Lc. 2, 10-11)

Estas consoladoras palabras nos invitan a recibir al Niño Dios y a acogerlo con fe y esperanza. Dejémonos llevar de la mano del Niño de Belén. No temamos fiarnos de Él. Nada nos quita y es mucho lo que nos ofrece con inmenso amor. Su luz nos impulsa a comprometernos en la construcción de un nuevo orden mundial fundado en relaciones éticas y económicas justas. La sociedad del egoísmo y consumismo se resquebraja por falta de fundamentos sólidos. Analicemos el porqué de tantas crisis ante la luz nueva del Niño Dios y hombre.

Su amor es norte para guiar a los pueblos y abrir nuevos vínculos de confianza y de intercomunicación, con la mirada puesta en tantas personas necesitadas de ayuda. El Dios que se ha hecho hombre por amor al hombre, tiene siempre algo que decir.

Aceptar el mensaje de un Niño recién nacido, acostado en un pesebre y envuelto en pañales, es aceptar la paradoja del misterio de Navidad. El Redentor se hizo uno de nosotros, compañero, para recorrer a nuestro lado los caminos de la historia humana. Él es la Verdad que nos hace libres, el Amor que puede transformar nuestra existencia y el Camino de una renovada humanidad.

Buena ocasión para repetir ante el Niño Dios en esta Navidad:

¡Señor, yo creo, pero aumenta mi fe!

Con mi saludo a los niños y enfermos, inmigrantes y necesitados, autoridades de nuestros pueblos y ciudades, creyentes y no creyentes, familias y quienes caminais solos estos días.

¡Feliz Navidad!

+ RAMÓN DEL HOYO LÓPEZ, OBISPO DE JAÉN



miércoles, 14 de noviembre de 2012


jueves, 8 de marzo de 2012

JUEVES 8 DE MARZO: MUJERES

Jueves 8 de marzo: Mujeres






El papel de las mujeres en la vida de Jesús es más que conocido. María, su madre, y junto a ella las mujeres que le acompañaban como discípulas y que le ayudaban en su misión, es una constante presencia de mujeres en torno a Jesús que nos habla de una mutua relación de amor. Jesús tuvo con las mujeres de su época un comportamiento extraordinario, fuera de lo común. Él respetaba a las mujeres, veía en ellas una dignidad igual a la del hombre, las tenía por discípulas, le seguían igual que los varones. Fue un revolucionario en esto del trato a la mujer. Su forma de relacionarse, su manera de tratarla en plano de igualdad con el hombre, la forma de defender su dignidad en una sociedad patriarcal y masculina, no tiene igual en todo el mundo antiguo…



En ese amor mutuo, fueron las mujeres las que estuvieron con él hasta el final, hasta la misma cruz, y fueron ellas las primeras que conocieron el misterio de la Resurección. María Magdalena, fue la apóstol de los apóstoles, la primera que anunció la Resurrección, la primera cristiana en sentido pleno.



Hoy que ha sido el dia internacional de la mujer, en este camino a la pascua que es la cuaresma, he andado todo el día pensando en este tema.



De un lado en todo lo que aprendo de las mujeres -fuertes, constantes, capaces de sacar adelante mil y un proyectos, imaginativas, acogedoras, afectuosas, valientes, empáticas, compasivas, sacrificadas…- y en cómo tantas de esas actitudes son necesarias para mi vida y mi cuaresma, para mi camino a la pascua… en cómo la compenetración de hombres y mujeres pasa por el mutuo aprendizaje, por el mutuo respeto, por el reconocimiento de la igualdad en la diferencia…



Y de otro en todo lo que hay aún que convertir en mí, en nuestra Iglesia, y en este mundo nuestro sobre este tema. Tenemos que pararnos a pensar en la situación de la mujer en nuestro mundo, y hacerlo todos, hombres y mujeres, pues aunque mucho ha avanzado y mejorado, hay aún mucho que hacer. También en nuestra Iglesia. Quizás en el desarrollo histórico no siempre hemos conservado las mismas actitudes de Jesús. Al experimentar el necesario proceso de institucionalización, las mujeres dentro de la Iglesia pasaron a ocupar el lugar que ocupaban en la sociedad de la época. Una posición que las mantenía sometidas al mundo de los varones, marginadas del ámbito religioso, político, de la educación (siempre hubo excepciones, claro está). Hay que pensar si esa situación de sometimiento, de inferioridad, de marginación, se mantiene en nuestros días… y la cuaresma también es tiempo para ello.



Si queremos seguir a Jesús hemos de asumir sus actitudes, tener las mismas relaciones que él tuvo. La cuaresma tiene que ser de nuevo el volver a seguir a Jesús, optar por ser como él, asumir sus mismas actitudes y cambiar lo que en nosotros no se adecúa a su mensaje de liberación, de amor y de vida. Buenas noches… y buen camino a la pascua…



Fr. Vicente Niño, OP



(Dibujo: Fr. Félix Hernández, OP